lunes, 27 de agosto de 2012

El Realismo


Realismo literario


tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en la segunda mitad de siglo XIX

.El realismo literario es una corriente estética que supuso una ruptura con el
romanticismoAparece aplicado a la literatura hacia 1825 para referirse a la imitación
 por parte
 de los románticos de la naturaleza y al detalle descriptivo de algunos de sus novelistas.

 Más tarde, su significado se precisó para aplicarse a ciertos pintores como Gustave Courbet

 que, frente a los temas grandilocuentes y las escenografías aparatosas del Romanticismo,

 llevaban a sus lienzos sencillas escenas de la vida cotidiana; enseguida se aplicó el 

vocablo a las obras literarias animadas de un propósito análogo de recoger fieles

testimonios de la sociedad de la época.Origen del término

Hacia 1850 en Francia una serie de escritores y críticos presentan ya al realismo como
una nueva estética
 alejada u opuesta a la romántica. En 1856 aparece una revista titulada precisamente
 Réalisme,
 que en uno de sus números dice:
El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social 
y de la época en
 que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la
 comprendan.

Descripción

He aquí sintetizados los rasgos esenciales del realismo, tanto en su orientación temática y
 enfoque
 como en sus preferencias estilísticas, aunque hay que hacer algunas precisiones: la
 reproducción 
exacta de la realidad toma a menudo como modelo los métodos de observación de las
 ciencias
 experimentales. Un gran crítico, Ferdinand Brunetière, señalaría más tarde, en 1883, que
 "el Realismo
 viene a ser en arte lo que el positivismo es en la Filosofía". Ya en 1843 Balzac se proponía
estudiar la 
sociedad como un científico estudiaba la naturaleza. Y Baudelaire, en 1851, recomendaba:
 "Estudiad
 todas las úlceras como el médico que está de servicio
en un h
ospital". Flaubert consultó tratados médicos
 para describir la muerte por envenenamiento de su
Madame Bovary,
 y en general los novelistas se 
documentan rigurosamente sobre el terreno tomando
 minuciosos
 apuntes sobre el ambiente, las gentes,
 su indumentaria, o buscan en los libros los datos necesarios
 para 
conseguir la exactitud ambiental
o psicológica.
Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su 
interés en la sociedad, observando
 y describiendo objetivamente los problemas sociales, y para ello
 se valieron de un nuevo tipo de novela, 
la novela burguesa. En cuanto a la expresión, prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y
preciso, en el 
que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial, especialmente en los diálogos,
 es decir, 
adoptando los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos los
 estratos
 sociales.
Se halla inscrito en un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, a la
fotografía
 (que surge con el siglo XIX), y a la filosofía (positivismodarwinismomarxismométodo
 experimental).
 La estética del realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la
 literatura un
 documento que pueda servir de testimonio de la sociedad de su época. Por ello describe
 todo lo cotidiano
 y prefiere los personajes comunes y corrientes, basados en individuos reales de los que
 toma nota a 
través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos
 del Romanticismo.
 Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la objetividad y
 el materialismo
 filosófico.
En cuanto a los procedimientos literarios del realismo, son característicos el uso de la
descripción
detallada y minuciosa, con enumeraciones y sustantivos concretos; el del párrafo largo y
complejo 
provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular,
 sin 
idealizarla, y un estilo poco caracterizado, un lenguaje «invisible» que caracterice personajes,
hechos y 
situaciones objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.

Características


Ilustración de Los papeles del club Pickwick, de Charles Dickens, obra inaugural del realismo literario inglés. En la imagen aparece el señor Pickwick dirigiendo su extravagante club.
Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:
  • Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
  • Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; aspira,
  •  en cambio, a 
  • reflejar la realidad individual y social en el marco del devenir histórico.
  • Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas,
  •  personajes, 
  • situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo
  •  problemas
  •  políticos, humanos y sociales.
  • El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya
  • que expresa el 
  • habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos
  • , evolucionan e
  •  interactúan influyendo en otros.
  • Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del 
  • cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase 
  • social, un oficio, etc.
  • El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
  • Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible.

Evolución del realismo


Fiódor Dostoyevski, con Crimen y castigo y Los hermanos Karamazov, ahonda en la conciencia de los personajes, en lo que se ha dado en llamar novela psicológica, la gran aportación rusa al Realismo.

El conjunto de la obra novelística deBenito Pérez Galdós presenta un fresco de la sociedad española del siglo XIX equiparable al que planteó Balzac en suComedia humana para la francesa. DesdeLa desheredada, en 1881, sus novelas contemporáneas llegan al realismo pleno, a la vez que asumen algunos de los postulados del Naturalismo. Con Fortunata y Jacinta (1886-1887) alcanza el cénit de su arte.
Su nacimiento está ligado al ascenso, al afianzamiento de la burguesía y a la nueva sociedad urbana
 originada como consecuencia del desarrollo de laRevolución industrial y el consiguiente éxodo masivo 
del campo a las ciudades. La mesocracia o clase media preponderante, y progresivamente alfabetizada,
 impuso sus gustos en materia literaria, pues la mayor parte de los lectores pertenecían a esta clase.
El público estaba interesado, más que por lo lejano en el tiempo y espacio y lo exótico de los románticos, 
por los problemas próximos y cotidianos de la sociedad contemporánea, siempre presente a través del
 periodismo, que se desarrolla ampliamente en el siglo XIX después de haber nacido en el XVIII, y de la 
fotografía, nueva técnica que reproduce al detalle la realidad. En reacción contra el idealismo, se desarrolla
 el positivismo de Auguste Comte (su Sistema de filosofía positiva se publica en 1850), que rechaza la
 especulación pura y la metafísica; en Inglaterra domina el pensamiento empírico del utilitarismo 
(Jeremías BenthamJohn Stuart Mill) y el evolucionismo que Charles Darwin expone en su Origen de las
 especies (1859) pone de moda las ciencias naturales y la clasificación empírica de los hechos, haciendo
 notar que todos los seres humanos están encadenados al medio ambiente, que los moldea mediante
 la "adaptación al medio" en una "lucha por la vida" que provoca una "selección natural"; el filósofo Herbert 
Spencercrea con este fundamento el Evolucionismo social y cultural, al que se adhiere el mismo Comte. 
El experimentalismo se desarrolla con el fisiólogo francés Claude Bernard, quien publica en 1865 su
 método experimental aplicado a la medicina. Por último, se desarrolla una nueva ciencia, la genética
a partir de que el botánico austriaco Gregor Mendel publique en 1865 sus leyes de la herencia. Por otra
 parte, la izquierda hegeliana desacredita la religión (Ludwig Feuerbach) y las esperanzas de redención
 fuera de este mundo y, sobre todo Karl Marx, llama la atención sobre los condicionantes económicos y 
sociales de los pueblos o materialismo histórico y la lucha de clases y afirma que la realidad no debe ser
 teorizada, sino transformada.
La clase media empezó a notar los efectos beneficiosos del progreso, pero también los nuevos problemas
 a que daba lugar, hasta entonces desconocidos, como un cambio esencial de valores desde los
 tradicionales que dominaban en los ambientes rurales a los urbanos, más cínicos, individualistas y 
materialistas. Este contexto favoreció el realismo como estilo literario y la prosa narrativa como género
 dominante, puesto que permitía reconstruir la realidad de una forma flexible y alejada de retóricas pasadas
 y moldes fuera de uso y dejaba libertad al escritor para elegir temas, personajes y situaciones. Por eso
 la novela fue aumentando su popularidad gracias a su vinculación con la prensa periódica, vehículo a 
través del que se difundieron, por entregas, numerosas narraciones económicas que, de esa manera, 
llegaron a un público más amplio que nunca hasta entonces, gracias al abaratamiento de los materiales 
librarios de impresión y edición y la alfabetización masiva por parte del estado, una de las conquistas de
 las revoluciones burguesas, para garantizar en principio la igualdad ante la ley.
La libertad política y religiosa, la soberanía popular, el sufragio universal y las reivindicaciones sociales
 fueron motores que desde ese momento movilizaron en toda Europa a las masas de trabajadores y las
 impulsaron a participar en los acontecimientos políticos. Doctrinas como el socialismo y el marxismo
 tuvieron una rápida aceptación y contribuyeron a crear entre los obreros una viva conciencia de clase,
 que prendió con gran fuerza entre el proletariado urbano, surgido como consecuencia de la revolución 
industrial, sometido a condiciones de trabajo infrahumanas y que sobrevivía a duras penas en las
 ciudades. Cuando este proletariado adquirió conciencia de clase entró en pugna con la burguesía, que
 de ser clase revolucionaria que lucha contra el Antiguo Régimen pasó a ser clase dominante y
 conservadora.
El origen del realismo literario europeo hay que buscarlo en la literatura española medieval y la
 novela picaresca española y, en concreto, en la versión que configuró sobre esa tradición el novelista
 Miguel de Cervantes. El desmitificador modelo cervantino influyó poderosamente en la literatura 
europea posterior, pero el descrédito por el que pasó el género narrativo durante el siglo XVIII aplazó 
su influjo europeo hasta bien entrado el siglo XIX, salvo en el caso de Inglaterra, que en el siglo XVIII 
comenzó su propio realismo de la mano de Daniel DefoeSamuel Richardson o Henry Fielding, entre
 otros, y del que buena parte de los escritores realistas posteriores son deudores.
La novela realista europea viene a ser la épica de la clase media o burguesa que ha conseguido —
a lo largo de sucesivas revoluciones que le han ido confiriendo cada vez mayor poder
 (178918201830 y 1848)—, instalarse como clase dominante en todos los aspectos de la vida, i
ncluido el cultural y el estético. Los ideales burgueses (materialismo, utilitarismo, búsqueda del éxito
 económico y social) irán apareciendo en la novela poco a poco, y en su fase final también irán apareciendo
 algunos de sus problemas internos (el papel de la mujer instruida y sin embargo desocupada; el éxodo
del campo a la ciudad y la mutación de valores subsecuente, por ejemplo). Por otra parte, cuando se vayan
 reiterando y agotando los temas relativos a la burguesía, la descripción realista irá penetrando en otros
 ámbitos y dejará la mera descripción externa de las conductas para pasar a la descripción interna de las
 mismas, transformándose en novela psicológica y generando procedimientos narrativos introspectivos
 como el monólogo interior y elestilo indirecto libre. Todo ello posibilitó la aparición de movimientos en 
cierta manera opuestos, como el espiritualismo, por un lado, visible en la última etapa de narradores
 realistas como Benito Pérez GaldósFiódor Dostoievski y León Tolstói, y el naturalismo, por otro, que
 exageraba los contenidos sociales, documentales y científicos del realismo, aproximándose a la
 descripción de las clases humildes, marginadas y desfavorecidas. Los autores tratarán de ofrecer 
personajes y situaciones comunes, lo que convierte a la obra literaria en una fuente de primer orden para 
el conocimiento del pasado histórico, aún teniendo en cuenta las precauciones que deben tomarse para
 un uso documental de las fuentes literarias.
En Francia fueron escritores realistas Henri Beyle StendhalHonoré de Balzac y Gustave Flaubert. En el
Pardo Bazán. Portugal cuenta con Eça de Queiroz. En Italia, el movimiento se denominó verismo y tiene
 a su más caracterizado representante en Giovanni Verga. En cuanto a la literatura escrita en alemán, es
 un movimiento de este sesgo el llamado Biedermeier y pueden considerarse realistas los novelistas 
suizos Albert Bitzius (que utilizaba el seudónimo Jeremías Gotthelf), Gottfried KellerConrad Ferdinand
 Meyer, el austríaco Adalbert Stifter y los alemanes Friedrich Hebbel (dramaturgo), Theodor Storm
Theodor FontaneGustav Freytag y Wilhelm Raabe, aunque esta estética todavía continuó renovándose
 durante el siglo XX a través de la obra literaria de Thomas Mann.

Descomposición del realismo literario

Al final de su evolución, agotados sus presupuestos iniciales y sin variedad alguna ya sus obras artística
s, el realismo literario se descompone en diversas corrientes que renuevan sus principios, bien
 seleccionando y desarrollando una de sus ramas, bien exagerándolos, bien rehuyéndolos y adoptando
 los principios opuestos, bien contaminándolos y mezclándolos con los principios opuestos. La novela
 psicológica desarrolla una rama del realismo: agotada la descripción física y material de los entornos, 
el novelista se centra en los personajes, cuya psicología es lo único ya que le interesa y se fuerza en
 reconstruir mediante técnicas como el monólogo interior. En segundo lugar, exagera y sistematiza sus
 principios el naturalismo, cuyos presupuestos expone el escritor francés Émile Zola hasta el punto de
 reducir la novela a un documento social, a una instantánea. Rehuye los principios del realismo el
 espiritualismo, al cual le interesa todo aquello que detesta el realismo: la religión, el espíritu, el alma de 
las personas, lo tradicional, lo campesino... A esta corriente llegan al final de su periplo realista escritore
s como Tolstoy y Galdós. Por último, mezclan realismo y romanticismo los escritores del posromanticismo.

Imagenes Lit. Vanguardista







domingo, 26 de agosto de 2012

Literatura Vanguardista


El Vanguardismo

Es la más radical revolución que sufre el arte y la literatura en su historia.

Esta tiene lugar alrededor de 1914, año en que comienza la primera guerra mundial, que de la mano con los avances tecnológicos, los amplios conocimientos históricos, la crisis espiritual que surge por el momento que se vive despierta conciencia para un nuevo cambio que se origina en la humanidad. Esta es la razón del punto de partida del surgimiento de varias escuelas artísticas que expresan el desmoronamiento del orden burgués y del clasicismo. Entre esas escuelas están:

El expresionismo, cubismo, ultraísmo, futurismo, el creacionismo, entre otras.

El Vanguardismo inaugura un nuevo modo de ver la literatura caracterizado por la primacía del prosaísmo versus musicalidad, feísmo versus preciosismo y absurdo versus comunicación lógica. De ahí que las vanguardias tuviesen en sí un carácter límite. Ruptura de la traición que habíamos heredado pero también ruptura de la ruptura, rechazo de la imitación. Los poetas vanguardistas se caracterizan, además, por:

1.Rendir culto a la novedad y a la sorpresa. Los poetas vanguardistas cambian la estructura formal del poema.

2.Renovar completamente los recursos expresivos. Metáforas, la imagen y otros recursos se convierten en reveladores de una dimensión interior.

3.Exploración de lo irracional. El verso se presenta sin leyes métricas ni lógicas, regido por el juego, las similitudes y el azar.

4.Introducir referencias a la vida moderna y al desarrollo. Modos de vida, tecnología, preocupaciones, miedos, etc.

Características generales del Vanguardismo

Cosmopolitismo: las calles de todas las ciudades forman una red internacional más vital que la red de las academias.

Actitud ante la literatura como juego intrascendente, esteticismo. Abolición de los ornamentos, oscuridad rebuscada. Esquematismo.

Ingenio: ingeniosidad y fantasía frente a la realidad. Aforismos. Culto a la novedad y a la sorpresa.

Sentimientos: deshumanizan el arte obliterado todas las fuentes del sentimentalismo. Destruían el “yo”. Horismo.

Feísmo: desorden, estrafalario, chocante, anti-bello.

Morfología: lengua no comunicativa, el letrismo, la jitanjáfora y caligramas.

Sintaxis: destrucción de la sintaxis. Palabras en libertad. Se tachaban los nexos, las frases medianeras.

Métrica: abandono de los moldes eutróficos, de la rima, de la medida, del ritmo. Prosaísmo.

Temas: exclusión de lo narrativo y anecdótico.

Imaginismo: la metáfora.

El lenguaje del Vanguardismo

Su instrumento es la palabra y la fantasía ilimitada. Por medio de la palabra se destruye la realidad y transforma al objeto en idea pura, en esencia espiritual, en juego de ensueños plurivalentes. La sugestión sonora y asociativa del lenguaje importa más que su significado, los versos suenan e insinúan, más que dicen. La palabra tiene múltiples ecos y se carga de contenidos misteriosos, de significados equívocos, no unívocos, de reflejos interiores.

Esta poesía no es inteligible y como se abre a múltiples interpretaciones, el lector se convierte en un co-creador.

Las Vanguardias

Como en la época del “modernismo”, los dos centros de la vanguardia fueron Buenos Aires (Borges, Girando, Molinari) y México (Pellicer, Villaurrutia, Gorostiza). En Cuba aparece la poesía mulata: para cantar, bailar y mal decir (Nicolás Guillén, Emilio Ballagas); En Ecuador, Jorge Carrera Andrade inicia un “registro del mundo”, inventario de imágenes americanas… Pero el poeta que encarna mejor este período es Pablo Neruda. Cierto, es el más abundante y desigual y esto perjudica su comprensión; también es cierto que casi siempre es el mas rico y denso de nuestros poetas. La vanguardia tiene dos tiempos: el inicial de Huidobro, hacia 1920, volatización de la palabra y la imagen; y el segundo de Neruda, diez años después; ensimismada penetración hacia la entraña de las cosas.

Octavio Paz

(El arco y la lira)

[…] La vanguardia suele asumir posiciones políticas radicalizadas, se propone romper con la estructura tradicional del lenguaje y postula el sueño y la locura como fuentes inspiradoras del arte. El origen del vanguardismo puede remontarse aproximadamente hasta la obra de Rimbaud y su apogeo programático comienza con las ideas de Apollinare; su perduración no ha cesado hasta el presente. Entre sus principales manifestaciones cabe incluir el surrealismo, el futurismo, el vorticismo, el imaginismo, la literatura de absurdo y el movimiento poético que en los países de habla inglesa se denomina modernismo.

Jaime Rest

La vanguardia se presenta como voluntad de desacreditar el arte que la precede: se burla de él, lo critica ferozmente e invita al abandono de las prácticas artísticas que considera caducas.

La vanguardia se ve a si misma como algo más que una doctrina estética y, normalmente, proclama formas de vida y compromisos totales como una actitud renovadora de la que el artista es profeta. De ahí lo llamativo y escandaloso de muchas de sus manifestaciones que, aparentemente, son ajenas a su programa, pero que, de hecho, son parte fundamental de su concepción.

La vanguardia es una búsqueda permanente y, en ese sentido, acepta su propia transitoriedad. En este sentido, cuenta con que será destronada por otro movimiento distinto, incluso antagónico, y de ahí deriva muchas veces su peculiar sentido lúdico e irónico del arte: todo es efímero y, si se acepta el aplauso común, el arte se convierte en algo académico, cosa odiada por el vanguardista.

El término Vanguardias surge en Francia durante los años de la Primera Guerra [1914-1917]. Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen militar y político, que venía a reflejar el espíritu de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte del siglo oponía frente al llamado arte decimonónico o académico.

Desde el principio, el arte vanguardista adquiere una impronta provocadora contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte burgués. No será causalidad que todas las primeras manifestaciones de estos vanguardismos estén repletos de actos y gestos de impacto social, como expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa. La Primera Guerra, como expresión del afán imperialista y del profundo fracaso de esa burguesía por conseguir la paz, será el período en que, junto a actitudes diversas de rechazo a la guerra, afloren todas estas manifestaciones artísticas extraordinarias con una versatilidad y agilidad desconocidas hasta entonces. Los llamados ismos se sucederán uno tras otro.

No es ninguna casualidad que el surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios esté relacionado íntimamente con el periodo de mayor intensidad social, ideológica, en definitiva histórica, del siglo XX: el periodo que va desde la Primera guerra del 14 al inicio de la Segunda en 1939. En esos 15 ó 20 años cuajan las experiencias del nuevo arte: unas pasarán rápidamente, otras quedarán incorporadas al arte para siempre,  pero la revolución de las formas y de los contenidos se producirá, sin duda, a partir de aquellas vanguardias de los años 20.


Auge y crisis

Los vanguardismos despuntan inmediatamente antes o durante la Primera Guerra, llegan a su apogeo durante la década de los años 20, entran en crisis a partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30. En esos años, los artistas vanguardistas se han enfrentado al mundo de ideas proveniente del pensamiento burgués: unos derivarán hacia el antiburguesismo de tipo fascista, como es el caso del futurismo italiano de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento proletario izquierdista. De esta forma, los dos grandes movimientos que marcarán el siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán expuestos y cantados en sus iniciales años de poder a través de una estética y unas formas vanguardistas. El caso más ilustrativo es el del surrealismo francés y su apuesta por la revolución comunista. Posteriormente serán ellos mismos perseguidos y prohibidos por los propios aparatos culturales de estado, como ocurrió en la URSS estalinista a partir de 1923 y en la Alemania nazi de 1933. En el primer caso, los poetas futuristas serán criticados a partir de la nueva estética realista y populista tras la guerra civil revolucionaria. En el segundo caso, los jerarcas nazis secuestrarán la pintura vanguardista que había caracterizado el renacer cultural alemán, considerada a partir de entonces como "arte degenerado".

La gran confrontación ideológica y militar de la década de los cuarenta, la Segunda Guerra, acabará con los vanguardismos. Sus restos o serán enterrados o derivarán en el arte moderno cuya expresión más genuina será el arte de Estados Unidos a partir de los años 40. El trabajo de fundamentar un nuevo concepto de arte y de literatura ya estaba realizado.

Movimientos de Vanguardia en Latinoamérica

En tanto que el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el simbolismo llegaron con cierta lentitud al Nuevo Mundo, y hasta tardaron décadas en algunos casos, los movimientos europeos de Vanguardia de los primeros treinta años del siglo xx encontraron un eco casi inmediato en los centros urbanos más desarrollados de Latinoamérica.

El proceso de asimilación y metamorfosis de los modelos comenzó a realizarse en la fuente y por escritores que no solo fueron espectadores de esos movimientos. Estos escritores hispanoamericanos encararon el fenómeno de las Vanguardias con una originalidad en que no faltaba el enfoque paródico o la lectura carnavalesca. Para ellos, el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el expresionismo y, más tarde, el surrealismo fueron menos escuelas cerradas y fiscalizadas por líderes apocalípticos (Marinetti, Tzara, Bretón, por ejemplo) que opciones abiertas al escritor Latinoamericano.

De ahí que las Vanguardias de la vieja Europa llegaran a la América en una versión singular que asumía distintos nombres (ultraísmo, creacionismo, estridentísimo) de polémica inserción en un concepto europeo. Una vez más, América practicaba sistemáticamente la carnavalización cultural.

Para el escritor latinoamericano testigo y, a veces, hasta actor en las Vanguardias europeas la tarea principal era recoger no lo que había de singular en cada uno de aquellos movimientos, sino lo que ellos tenían de búsqueda de una estética de la cultura emergente del siglo. Al margen de sus singularidades el cubismo fragmentaba la sintaxis de la obra de arte; el futurismo y el dadaísmos minaban el concepto mismo de obra poética; el expresionismo insertaba su poesía en el conflicto edípico que desgarraba la piel política de la Europa de la hecatombe de 1914, esas Vanguardias tenían un propósito común: liberar las artes y las letras del peso muerto de las Academias, Liceos, Universidades, Museos y Bibliotecas.

Sobre la ruina de una cultura humanística, eurocéntrica, que reconstruye una utopía cultural grecolatina a partir del Renacimiento, en las Vanguardias del siglo XX se buscaba una libertad que les permitiese el acceso al nuevo mundo creado por la segunda revolución industrial, ya posible en el papel, si no en la fábrica.

Lo que los unía era la Modernidad, concepto que no debe confundirse con el modernismo finisecular dominante en Latinoamérica y España en la transición de un siglo a otro y es el último movimiento del siglo XIX.

El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad: ese ídolo de la burguesía victoriana que habría de emerger (después del estallido de las Vanguardias) convenientemente disfrazados de arte socialista o academicismo fascista en la horrible época del intervalo entre las dos guerras mundiales. Lo que era común a las Vanguardias era la propuesta de un arte libre en una sociedad libre.

La Poesía Hispanoamericana

Pablo Neruda (1904 - 1973). El poeta revela preocupación por diversos temas:

El amor y la mujer. La mujer aparece asociada en su poesía a la fertilidad, símbolo de lo ideal e indestructible.

La soledad y la angustia. Sus poemas empalman una unidad entre los diversos elementos de la naturaleza: fauna, flora, símbolo del abandono, el caos, de las sociedades hispanoamericanas.

El compromiso político y social. El poeta se convierte en portavoz de las masas, acopia las denuncias, invocaciones y la historia épica del continente americano.

Las cosas sencillas de la vida cotidiana. El poeta nos hace descubrir la belleza de lo sencillo e insignificante en sus famosos libros de odas elementales.

Octavio Paz (1914). La poesía de Paz representa la conciliación de los recursos de la modernidad: surrealismo, dadaísmo, con la tradición. Tienen primacía en su poesía los temas de la identidad y el origen, sus grandes poemas como Piedra de Sol, Himnos entre ruinas, Pasado en claro… son una exploración del conocimiento de la mentalidad, de los mitos y de los somos del tiempo.

El amor, la mujer, el erotismo son los temas que pesan en al conciencia del poeta.

César Vallejo (1892 - 1938). Los temas esenciales en la poesía de Vallejo son el dolor, la pasión y las obsesiones y el absurdo. Su poesía representa el drama del hombre ante la percepción o el sentido de su propia existencia.

Vicente Huidobro (1893 - 1948). En Huidobro la poesía concebida como un modo de conocimiento. La palabra poética es sorpresa y maravilla; rechaza la imitación de la naturaleza y el poema extrae sus temas de lo social y de lo político. El poeta expresa un culto a las ideas.

Movimientos de Vanguardia

Futurismo


Movimiento literario y artístico surgido en Italia en el primer decenio del siglo XX. Nació con un manifiesto, y varió y fijó sus propios enunciados en una serie de manifiestos. El 20 de febrero de 1909 F.T. Marinetti publicó en  «Le Fígaro» de París un primer Manifiesto en el que proclamó como formas de expresión del futurismo la agresividad, la temeridad, el salto mortal, la bofetada, el puñetazo.

En 1912, el mismo Marinetti, con el Manifiesto técnico de la literatura futurista, apuntó como medio específico de expresión literaria las «palabras en libertad», que eran capaces de traducir, por analogía y sugestión, los mecanismos psíquicos y el frenesí de la vida moderna. Esto comportaba la abolición de la sintaxis, de la puntuación, de las partes calificativas del discurso (adjetivos, adverbios). Las nuevas teorías se aplicaron también a la pintura (1910: Primer y segundo manifiesto de la pintura futurista, firmados por Balla, Boccioni, Carrá y Russolo), a la música (1910: Manifiesto de los músicos futuristas, firmado por Pratella), a la escultura (1912: Manifiesto de Boccioni, en el que se afirma que la escultura debe convertir el infinito plástico aparente y el infinito plástico interior), al teatro (1915: Manifiesto del teatro futurista sintético, firmado por Marinetti y Settimelli, y Manifiesto de la escenografía futurista, firmado por Prampolini; el primero recomendaba 2 sorprender al público con cualquier medio, por ejemplo: con la 1 concisión, reduciendo las escenas al tiempo fulminante (de pocos segundos) e incluso a otras formas artísticas todavía por nacer, pero destinadas a nacer en el futuro.

Esta gran cantidad de programas revela una exasperada proyección hacia el futuro; y si por un lado expresa la voluntad de romper con la tradición, por el otro demuestra una cierta incapacidad de realizarse en formas menos hipotéticas y más actuales. Uno de los aspectos más llamativos del futurismo es, en suma, lo veleidoso, que se enmascara de triunfalismo para rechazar el mito de la derrota propio de cierto romanticismo y del decadentismo. Los fu turistas cultivan, por el contrario, el mito de la victoria: victorias tal vez ficticias, coronadas no por una gloria aristocrática y solitaria (como en D'Annunzio), sino por el escándalo en los cafés, en la calle, en las salas de conferencias.

De todos modos el futurismo fue, buena o mala, una escuela de polémica y de moral; y si usó con eficacia la técnica publicitaria, admitiéndola de golpe en la expresión artística, lo hizo con una finalidad básicamente pedagógica. Pero ello no impidió a los futuristas transformar, con el tiempo, los temas iniciales de la máquina, la velocidad, la técnica en exaltación de la violencia, del imperialismo, de la guerra, «higiene del mundo», y, por lo menos con Marinetti, del fascismo.

En el ámbito literario, el futurismo italiano tuvo sus mejores exponentes, además de en Marinetti, en A. Palazzeschi, C. Govoni y A. Soffici; pero los resultados más importantes del movimiento se alcanzaron, probablemente, en el campo de las artes figurativas, con la introducción (sobre todo por obra de Boccioni) de un nuevo sentido del espacio que tuvo consecuencias importantes en la vanguardia europea contemporánea y posterior: cubismo, dadaísmo, surrealismo.

En el siguiente Manifiesto de la literatura futurista (Manifesto della letteratura futurista, 1910) teorizó poéticas y medios expresivos adecuados para lograr la dinámica de la sensación, del movimiento, de la materia, mediante el desquiciamiento de la sintaxis y la puntuación, las palabras en libertad y los caracteres de imprenta dispuestos de maneras sugestivas e inusitadas.

Los resultados más notables de la aplicación directa de este programa son la novela Mafarka el futurista (Mafarka il futurista, 1910) y, en lo poético, Zang Tumb Tumb. Adrianópolis, octubre de 1912 (Zang Tumb Tumb. Adrianopoli, ottobre 1912, 1914), descripción fonosimbólica de un episodio de la guerra de Africa. Inspiró y redactó otros manifiestos, como Teatro de variedades (Teatro di varietá, 1913), Teatro sintético (1915) o Guerra, la única higiene del mundo (Guerra sola igiene del mondo, 1915). Su nacionalismo y su belicismo le llevaron a apoyar la guerra de Libia (La batalla de Tripoli, La battaglia di Tripoli, 1912), posteriormente la intervención en la 1ª guerra mundial y finalmente la dictadura fascista, de la que recibió honores y cargos oficiales.

Marinetti fue sobre todo un hábil organizador cultural, sensible a las nuevas relaciones con el público nacidas con los mass media; algunas de sus mejores capacidades son reconocibles en la inventiva lúcida y agresiva de los «manifiestos», que se elevaron, gracias a su escritura, a la categoría de género literario.

Dadaísmo

Este trabajo tiene por finalidad dar a conocer un movimiento vanguardista, el cual niega cualquier tipo de norma estética. Surge como una necesidad de independencia y desconfianza hacia la comunidad, un impulso irrefrenable por salvar aquello que se encuentra más allá de las reglas en un momento histórico difícil como fue la primera guerra mundial (1914). Nace en Suiza producto de la ruptura de las concepciones de la estética clásica europea. Su primera aparición en público el 30 de marzo de 1916 en Zurich, Rumania. La poesía que este muestra tiene un lenguaje incoherente que se destruye a sí mismo, y en la cual todo está permitido. Los métodos que usaba el dada se decía que eran deliberadamente incomprensibles.

Significado del movimiento:

Es un movimiento vanguardista que comenzó con un grupo de jóvenes intelectuales, inconformistas, contrarios a la primera guerra mundial. Abarcó todos los géneros artísticos y se basó principalmente en una actitud de revuelta, desprecio y disgusto frente al orden social existente, caracterizado por una avaricia inhumana y un ansia de poder, que frente al arte tradicional había quedado invalidado por el hecho de que la sociedad lo consideró irrespetable. Su propósito fue desarrollar hasta las últimas consecuencias la imaginación sin límites, intentando abolirlo todo. Respecto al nombre y significado de la palabra “dadaísmo”, se dice que el término “dada” fue elegido por el editor, ensayista y poeta rumano Tristan Tzara, al abrir al azar un diccionario en una de las reuniones que el grupo (de los idealistas) celebraba en el cabaret “Voltaire” de Zurcí. Ésta significa “caballito de juguete” en francés, pero  para los artistas quienes frecuentan éste cabaret entre 1915 y 1922, dada es cualquier cosa.  También, se dice que es una repetición elemental que evoca el lenguaje anterior a la palabra, o que alude simplemente al balbuceo infantil.

Técnicas:

Con el fin de expresar el rechazo de todos los valores sociales y estéticos del momento y todo tipo de codificación, los dadaístas recurrían con frecuencia a la utilización de métodos artísticos y literarios deliberadamente incomprensibles, que se apoyaban en lo absurdo e irracional. Sus representaciones teatrales y sus manifiestos buscaban impactar o dejar perplejo al público con el objetivo que este considerara los valores estéticos establecidos.

Para ello utilizaban nuevos materiales, como los de desecho encontrados en la calle, y nuevos métodos, como la inclusión del azar para determinar los elementos de las obras. Los dadá profesaban todas las artes, pero no se encasillaban en ninguna.

Un ejemplo de artista dadaísta fue el pintor y escritor alemán Kurt Schwitters que se  destacó por sus collages realizados con papel usado y otros materiales similares. El artista francés Marcel Duchamp expuso como obras de arte productos comerciales corrientes- un secador de botellas y un urinario - a los que denominó ready - mades. Aunque los dadaístas utilizaron técnicas revolucionarias, sus ideas contra las normas se basaban en una profunda creencia, derivada de la tradición romántica, en la bondad intrínseca de la humanidad cuando no ha sido corrompida por la sociedad.

Ideologías:

El dada defiende la libertad del hombre, la espontaneidad y la destrucción. Se opone al arte tradicional y a una ideología burguesa.

Refleja una protesta nihilista que va en contra de todos los aspectos de la cultura occidental, sobre todo contra el militarismo.

Su rebelión contra las normas establecidas era basada en una creencia profunda y proveniente de la tradición romántica, en la bondad esencial de la humanidad cuando no esta corrompida por la sociedad.

Este movimiento surge con los destroces de la 1° guerra mundial y defiende también una actitud negativa hacia todo lo que produce la civilización bélica

Dada es cualquier cosa, es un estado de ánimo, nacido de la guerra y en la guerra. Es anarquista, revolucionario, también es indiferente, diletante y poético. Dada quiere estigmatizar la brutalidad. Dada está en contra del futuro. Existen, más que por la guerra, porque son hombres independientes que viven otros ideales.

Es una manera de ser así como una manera de vivir. Dada conoce todo, dada destruye todo, dada no habla, dada no tiene una idea fija.

Los dadaístas profesaban todas las artes pero no se encasillaban en ninguna. Sus ideas contra las normas se basaban en una profunda creencia derivada de la tradición romántica. Abrieron una puerta definitiva a lo posible y a lo imposible, a lo todo y a lo nada

El movimiento Dada emitió su propio manifiesto, o ideas:  Propugnó la abolición de la memoria y de la lógica, de la arqueología, de los profetas y del futuro , el quebrantamiento de las normas, la liberación de la fantasía y la creación de un lenguaje incoherente que era el reflejo del vivir de su sociedad.

Es un movimiento antiliterario, antipoético, anti-arte que terminó por ser anti-el mismo, para que finalmente muriera por sus propias manos. La destrucción es necesaria para la creación, naciendo así el surrealismo.

Manifiesto dadaísta

Fueron tiempos de revoluciones y efervescencia política. El "movimiento" dadá emite su propio "manifiesto":

"...no estoy ni en pro ni en contra, y además, no lo explico, porque detesto el sentido común...

"Asco dadaísta.

"Abolición de la memoria: dadá

"abolición de la arqueología: dadá

"abolición de los profetas: dadá

"abolición del futuro: dadá

"creencia absoluta indiscutible en cada dios producto inmediato de la espontaneidad: dadá..."

Exponentes:

Tristán Tzara: Principal representante del dadaísmo de nacionalidad rumana. Editor, ensayista y poeta que fundó este movimiento con Hugo Ball (escritor alemán), Jean Arp (artista alsiaciano) y otros intelectuales.



Kurt Schwitters: Pintor y escritor alemán que se destacó por sus colages realizados con papeles usados y otros materiales similares.



Marcel Duchamp: Artista que expuso como obras de arte productos comerciales corrientes (un secador de botellas y un urinario), a los que denominó “ready-mades”.



Hans Arp, Soupault, Marx Ernst, Tzara, Antonin Artaud, André Bretón, entre otros, se caracterizaron por sus obras ilógicas que tenían como primera impresión la insolencia, la denuncia, y el insulto.

 Otros representantes (pero no menos importantes) son Ribemont, Dessignes, Dermen, Arnaud, Breton, Argón, y Soup Ault.

Temas:

1- El Arte Dada no estaba dentro de lo establecido, mas bien era algo
bizarro, irracional y sobre todo fantástico. Se burlaban de los objetos
Artísticos que habían sido venerados durante siglos y cogían objetos de uso
cotidiano y los exponían presentándolos como objetos artísticos. Como es el
caso de Duchamp, quien presentó un orinal como pieza escultórica y la tituló
Fuente y firmó R. Mutt. No fue aceptada en la exposición de Arte en Nueva
York en 1917. En una declaración de Duchamp se mencionó que lo importante no
era que este la hubiera fabricado por si mismo la fuente; lo importante
era que la hubiera escogido.

Trozos de papeles o de vidrios rotos, pegados en las telas fue una
característica propia de este movimiento, al igual que utilizar productos
comerciales corrientes. Duchamp afirmaba en definitiva que el arte
establecido ya no significaba nada. que la casualidad tenía mucho más
significado v más sentido que el arte de una sociedad podrida. Arp hizo un
collage aleatorio, esparciendo sobre el cuadro trozos de papel para obtener
así un resultado accidental.

El pintor y poeta Kurt Schwitters, hizo también collages con objetos
encontrados casualmente y los denominó Merz.

2- En la literatura como decíamos anteriormente, “más que la obra es el gesto”,
vale decir que en el aspecto de la literatura, esta era como una provocación
contra el sentido común, la moral, la ley y cualquier normativa.

El Surrealismo

Movimiento literario y artístico, definido en 1924 por André Bretón, que preconizaba  renovación de todos los valores culturales, morales y científicos por medio del automatismo psíquico.

 Antecedente primordial del Surrealismo fue el movimiento dadaísta fundado en Zurch en 1916. Bretón efectuó la primera formulación definidora del movimiento en su manifiesto Surrealista (1924) , que describió el surrealismo como  “automatismo psíquico mediante el cual se  propone expresar, sea verbalmente, o por escrito de otro modo, el funcionamiento real del pensamiento, en ausencia de  todo control ejercido por la razón y al margen de toda preocupación estética o moral”. Entre los autores  que Bretón citaba como contribuyentes o precursores de su pensamiento figuran Freud, Lewis, Hugo etc., aunque si bien algunos serían rechazados posteriormente, los surrealistas conservaron siempre especial aprecio por los románticos franceses y anglosajones y por los “poetas malditos”. En el mismo año se fundó el Bureau de recherches surrealistes y la revista La revolutión surrealiste dirigida por P.Naville y B. Péret, que inició una encuesta sobre el suicidio. La producción surrealista se caracterizó por una vocación libertaria sin límites y por una exaltación de la imaginación, de los procesos oníricos, del humor corrosivo y de la pasión erótica (amour fou), utilizada como provocación o armas de lucha contra la tradición cultural burguesa y contra todas las formas represivas del orden moral establecido. Pero las ideas surrealistas no se expresaron únicamente a través de técnicas literarias, como la “escritura automática” más o menos rigurosa o de provocaciones pictóricas, sino como ruidosas tomas de posición pública, como la publicación en 1924 de un cadáver con motivo de la muerte de Anatole  France y, en 1925, de cartas abiertas a P. Claudel, al Papa y al Dalai-Lama petición de apertura de prisiones y licenciamiento del ejército y declaración contra la guerra del Rif, que produjo sus primeros contactos con los comunistas y les descubrió las figuras de Marx, Lennin y Trotski. A partir de este momento se iniciaron las querellas y cismas en el movimiento, escindido entre quienes veían en la militancia comunista la postura ética coherente con sus aspiraciones revolucionarias y quienes creían que sólo la creación artística era incumbencia de los postulados surrealistas.

En 1929 Bretón publicó su segundo manifiesto surrealista, que definió como una “llamada a los principios”.El mismo año apareció el nuevo órgano del movimiento, llamado El Surrealismo al servicio de la revolución, y Aragón tras su viaje a la Urss, Eluard, Péret y el propio Bretón ingresaron el Partido Comunista. En 1931 organizaron un ataque contra la Exposición colonial, pero a fines del 1933 Bretón, Eluar y R. Crebel fueron expulsados del partido. La admisión en el grupo surrealista de nuevos miembros a partir de 1930 permitió mantener la vitalidad del movimiento si bien el difícil equilibrio entre independencia revolucionaria y compromiso político condujo a disputas y exclusiones, como la de Dalí por su conversación fascista y la de Eluard.

En 1935 publicó Bretón la posición política del surrealismo, que defendía la independencia del artista y en 1938, firmó en México con Trostki  y Diego Ribera el manifiesto por un arte revolucionario independiente, que proponía la creación de una “Fédération Internationale de l´art revolutionnaire indépendant”.

En 1938 se celebró en París una Exposición surrealista internacional, pero el estallido de la guerra paralizó toda actividad surrealista en Europa, marchando Bretón a EUA, en donde publicó “Prolégomènes à troisième manifeste du surréalisme ou non” (Nueva York 1942). Regresó a París en 1946, pero el movimiento estaba ya definitivamente deteriorado a pesar de lo cual las premisas libertadoras y subversivas del surrealismo se han incorporado a la tradición cultural occidental y han seguido manifestándose de algún modo en todos los campos de la creación artística, a veces con intención lírica ajena a la moral revolucionaria del movimiento: poesía, pintura, escultura, teatro, cine, fotografía, danza e incluso en publicidad. En España, la generación del 27 fue sensible a la influencia del surrealismo, que también inspiró la revista catalana “L´amic de les arts”, si bien pocos artistas llegaron a adoptar posturas surrealistas oficiales radicales, siendo los más caracterizados Buñuel, S. Dalí, J.Miró, J. V. Foie,  J. Larrea, R. Gómez de la Serna.

El Creacionismo

Vicente Huidobro fue creador del movimiento llamado "Creacionismo" y lo hizo pensando en la idea de alejarse de la realidad y de la vida. Esto lo logró con sus poemas que en cierto modo se escapaban de la realidad pero que luego volvían a ella. Entonces hubo un cambio en la forma de crear poesía, teniendo como objetivo echar a volar la imaginación pero siempre poniendo límites.

A comienzos del siglo XX en el creacionismo hubo un gran cambio en el arte con respecto a lo que ya había, debido a que se empezaron a crear cosas diferentes que obligaban al artista a basarse en la abstracción.

El hecho que llevó a crear este movimiento, fue el haberse dado cuenta que en ese momento los artistas sólo estaban imitando lo que ya había y que además lo encontraban bien, pero nunca pensaron en que ellos también podían crear otras realidades que las que los rodeaba.

Gracias al creacionismo entonces comienzan a darse cuenta que se podían crear poemas con un estilo propio e individual, estilos que no se confunden con la forma tradicional de hacer poesía.

Para lograr todo esto, Huidobro se aleja de lo que es normal en la naturaleza. Entonces decide no imitarla, es por eso que este creador no pide que el poeta cante a la lluvia sino que el poeta haga llover. A partir de esto se consigue una poesía diferente.

Este poeta con su pensamiento no sólo influye en la poesía sino también lo hace en la pintura, la música, las artes plásticas, el cine y toda clase de creación artística.



El Estridentísmo

El estridentísimo nace en México entre los años 1920 y 1925, encabezado por Manuel Maple Arce y List Arzubide, se forma bajo las teorías del futurismo italiano de Marinette.

Los manifiestos y bullicios del grupo fueron recopiladas por List Arzubide en 1926 en un libro. El movimiento estridentísta dedicado para escándalo de todos “A Huitzipapaxtti, manager del movimiento”.

Los poetas estridentístas decían reflejar “una aurora nueva” y querían cantar con la fuerza de la hélice. En su manifiesto imitaban la proclama destinada a desamodorrar el ambiente provinciano de otros grupos similares. Lanzaban además, mueras contra el cura Hidalgo, contra los escritores moderados contra el “Aguachirlismo literario en México” y contra la música de Chapín, a la que condenan a la silla eléctrica.

Vicente Quirarte hizo la siguiente apreciación sobre el estridentísimo:

Ha sido un movimiento en constante estudio, valoración y crítica ya que cada generación le ha dado una lectura diferente. Entre sus principales aportaciones, podríamos citar el haber sido una invitación a la irreverencia, a crear un universo lúdico y estratégico como movimiento de vanguardia, que cuestionaba la literatura misma, la escritura, la actividad intelectual.

Surgió como una necesidad de mirar mas allá de lo establecido, y de quitarle el almidón a la cultura, cuyos representantes se atrevieron a ser traviesos e irreverentes pero siempre con una inteligencia brillante.

Lo más importante de este autor es que sigue siendo un poeta y un hombre estridentísta.

En el libro Estridentísimo: Memoria y Valoración, editado por la SEP en 1983, List relata que se acerco al movimiento movido por la pasión que profesabas hacia la vanguardia.

Afirma List que a principio de los veinte, hacía una revista en Puebla: Ser y, en esta, junto a otros autores publicaban cosas que consideraban vanguardia poética, sobre todo de españoles.

Vanguardia y realismo están unidos indisolublemente en la obra de List Arzubide. En el libro citado el autor considera de forma natural la relación de loa estridentístas con los movimientos sociales.

La intención de la estética estridentístas era generar emociones según consta en sus manifiestos, documentos y entrevistas concedidas por sus integrantes.

En la confrontación de los artistas contemporáneos contra los estridentístas, nace, según Arzubide, el menosprecio y el silencio al que han sido sometido, lo segundo por los herederos de los primeros. El primer enfrentamiento que los estridentístas tuvieron con los contemporáneos fue cuando ellos se dieron cuenta de que eran los reflejos del pasado y, sobre todo, del gobierno que nunca ha cumplido lo que el pueblo desea.

El estridentísmo ha dado al porvenir la creación de una forma nueva de hacer poesía.

Todas las vanguardias del siglo xx a excepción del propio estridentísmo, cumplieron con su función eventual de mandar al destierro el antiguo régimen estético: el estridentísmo fue puente entre el modernismo y sus resabios y puertas especialmente del asentamiento de un nuevo modo de concebir el arte de la plástica o de la palabra, donde sentó sus reales el grupo de los contemporáneos.

El Ultraísmo

Movimiento poético de vanguardia surgido de las tertulias que iniciara Rafael Cansinos-Assens en el café colonial de Madrid a finales de 1918 y como reacción contra el amaneramiento de los seguidores del modernismo de Rubén Darío.

Así lo explica un ultraísta como Guillermo de torre: como una violenta reacción contra la era del rubenianismo agonizante y toda su anexa de cantores fáciles que habían llegado a formar un genero híbrido y confuso, especie de bisutería poética, producto de feria para las revistas burguesas. Opinión semejante tiene Jorge Luis Borges, quien, no obstante, acabara renegando de sus orígenes ultraístas.

Fue importante en su gestación, además, el paso del poeta chileno Vicente Huidobro y su defensa del creacionismo. El movimiento se difundió a través de varias revistas, entre las que se encuentran Los Quijote, Grecia, Cervantes, Ultra, cosmópolis, Horizontes, Vértices, entre otras. Además de los antecedentes españoles, entre los que se mencionan a Ramón Gómez de la Sema y Juan Ramón Jiménez, es importante destacar la relación del ultraísmo con los movimientos coetáneos de vanguardia: el futurismo, el cubismo, el dadaísmo.

Son sus rasgos fundamentales: la condensación metafórica, la eliminación de nexos inútiles, el avance de la “imagen refleja o simple”, según los comentarios de Gerardo Diego, hacia la “imagen múltiple” que supone la identificación más plena entre poesía y música, el valor plástico de la disposición tipográfica, herencia directa de los caligramas de Apollinare. Los poetas ultraístas más notorios fueron, además de los ya citados: Juan Larrea, Pedro Garfias, Adriano del Valle, Eugenio Montes, José Rivas Panedas, Rafael Lasso de la Vega, Isaac Vando-Villar, entre otros. El movimiento quedo disuelto al dejar de publicarse públicamente la revista Ultra en la primavera de 1922.

Movimientos de Vanguardia en la Republica Dominicana

El Postumismo

El movimiento postumista nace en 1921. Sus figuras principales fueron Domingo Moreno Jiménez (1892-1986), Andrés Avelino (1900-1974) y Rafael Augusto Zorrilla (1892-1937).

El postumismo consideraba que se debía eliminar de la tradición literaria, el pasado literario universal además estaba en contra de los movimientos literarios de su época: surrealismo, dadaísmo... Estos son sus grandes defectos, con ello se negaba a la renovación de su literatura. Fue una reacción en contra de la modernidad poética inauguraba por las vanguardias mas importantes de comienzos del siglo XX.

Los críticos reconocen como logros postumitas los siguientes:

1.Primacía del versolibrismo en una época en que la poesía dominicana parecía atrapada en la métrica;

2.Introducción del paisaje nacional en la poesía. Los postumistas reaccionaron en contra de la imitación y los calcos de otras escuelas poéticas y los ambientes de otra poesía.

La Poesía Postumista

Predominan en la poesía postumista los temas relacionados con el paisaje, con la existencia y con la actitud psicológica ante la vida.

En la poesía tradicional, el ritmo está reglamentado por el número de sílabas de los versos, por las rimas regulares y por las pausas métricas.

El versolibrismo, rechaza los elementos de la métrica, la uniformidad y la regularidad en la construcción de los versos del poema. El poeta no se somete a unas leyes establecidas previamente, sino que se deja conducir por el ritmo interior de su pensamiento.

El postumismo descubre de un modo amplio, y por vez primera, la tierra dominicana, el sentido racial y el sentido morfológico de nuestra realidad.

El realismo ahora no esta determinado por una normas preceptivas ni por modelos a los cuales hay que ser fiel, sino por el impulso del alma del poeta en contacto directo con la realidad nativa.

La tierra, lo autóctono, comienza a tener cabida en los versos que entonces se forjan.

¿Qué es La Poesía Sorprendida?

Si preguntamos, que es la poesía sorprendida?

Podemos responder, fue una revista que se publicó hacia los años del cuarenta y dejó de existir en esa década. Duró su publicación cerca de cuatro años. Esa revista se ocupaba de publicar poesía de las corrientes de más extrema preocupación estética.

Pero La Poesía Sorprendida fue también la revista Entre las Soledades y mas tarde La Isla Necesaria, y, posiblemente, fue Brigadas Dominicanas y la Colección Arquero.

La Poesía Sorprendida no fue solo una revista; sino que fue un conjunto de poetas.

Sus integrantes fueron: Aída Cartagena Portalatin (1918-1994), Rafael Américo Henriquez (1899-1968), Mariano Lebrón Saviñon (1922), Manuel Valerio (1910-1980), Manuel Rueda (1921), Antonio Fernández Spencer (1922-1995). Franklin Mieses Burgos (1907-1976). La revista la fundaron el chileno Albeto Baeza Flores, quien se ha convertido en uno de los más prolijos estudiosos de la poesía dominicana, Eugenio Fernández Granel (1914), introductor del surrealismo en el arte dominicano, pintor afamado y los poetas dominicanos: Mieses Burgos, Gatón Arce y Lebrón Saviñon. La revista nació con el lema de “Poesía con el hombre universal”. Estuvo, desde sus comienzos, abierta a todas las influencias de la poesía moderna: surrealismo, existencialismo, ultraísmos, dadaísmo... en suma, a las remociones producidas en el gusto estético por las vanguardias de la poesía.

La Poesía Sorprendida

1943. Movimiento innovador que no desprecia la tradición, La Poesía Sorprendida adviene con una actitud amplia que abrió sus puertas, introduciéndolas en el país, a todas las corrientes literarias de Europa y América, desde los más desenfrenados istmos hasta la “poesía pura” y la de tenencia social. De una manera consciente efectúa en nuestro medio en brusco viraje hacia una actividad subjetiva, fenómeno este sorprendente si se considera que toda poesía dominicana anterior no había rebasado el plano realista.

La poesía sorprendida no concebía la literatura como repetición, sino como una creación abierta a todas las influencias y a todos los movimientos que se producían en el mundo. En tal sentido, constituye una reacción en contra de los poetas del movimiento postumista, pues estos rechazaban todo influjo externo en la literatura.

Entre las aportaciones que mayor influencia ejercieron el movimiento cabe citarse el surrealismo.

La Generación del 48

Se denomina Generación del 48 en la literatura dominicana, a la generación literaria de la generación histórica de dominicanos nacidos entre 1924 y 1938. Pero, con este nombre se conoce propiamente, a los poetas de esta generación literaria más aún, a una parte de ellos: a los que publican por primera vez en 1948, y todavía hacen vida en grupo.

Sus integrantes, esencialmente poetas, son en su mayoría, abogados, profesores universitarios o de otras instituciones ligadas a la educación, narradores, dramaturgos, ensayistas.

Esta poesía (La de la generación del 48), aunque entroncada con nuestra realidad, en la experiencia vital, es al mismo tiempo onírica, consciente y culta, en constante búsqueda de lo humano; poesía en movimiento, que va de lo particular a lo colectivo, de lo intimo al mundo exterior, con una visión optimista, totalizadora y trascendente del hombre.

Con este criterio integral y propio, los poetas del 48 aportan una poesía de testimonio, esencialmente política, que recreando la historia, buscando nuestras raíces sociológicas, redescubre y afianza el paisaje nacional, canta al hombre y su destino, trasmutando en la palabra nuestras realidades en sus dimensiones humanas universales, sin que por ello dejen de ser nuestras realidades específicamente proyectadas. Ni poesía dominicana a lo dominicano, ni poesía con el hombre universal, sino poesía con lo dominicano universal.

La poesía en la Generación del 48 en una constante encarnación del tiempo. Partiendo de su circunstancia vital, estos poetas ofrecen una visión múltiple y esencialmente trágica del tiempo, que refleja su contemporaneidad con el hombre socialmente sumergido en la angustia de la transitoriedad y la pobreza social. El tiempo poético en esta generación, es una puerta de amor y libertad, donde el lenguaje es ritmo poético, hallazgo en el movimiento constante, modernidad; magia y poesía. El poeta, un profeta con su horizonte psicológico inacabable (Luis Alfredo Torres); temporalidad enraizada y esencialmente cristiana (Rafael Lara Cintron); sentimiento trágico y nostálgico de la realidad, y preocupación por el hombre y su destino (Rafael Valera Benítez), visión de la aparente realidad, nostalgia, olvido (Juan Carlos Jiménez, Alberto Peña Lebrón, Máximo Avilés Blonda); igualdad, quietud; presente trasmutado en el pasado (Máximo Avilés Blonda); temporalidad social, tiempo y espacio imaginarios y aspiración de libertad (Victor Villegas); temporalidad política, cosmovisión circular, mandalica (Lupo Hernández Rueda); otredad, angustia (Victor Villegas, Abel Fernández Mejía, Lupo Hernández Rueda).

En definitiva, al realismo humano y a la visión integral de la patria y del hombre dominicanos ya mencionados, esta generación une la recreación histórica, el asentamiento definitivo del paisaje dominicano en nuestra poesía, una constante encarnación del tiempo y una novedosa visión social de la muerte. A esto hay que agregar la visión profética optimista, la que contiene el dramatismo propio del antihéroe, con la diferencia de que ella anuncia, vaticina el fin de su desgracia. Los poetas del 48 aportan asimismo, y eso es, igualmente nuevo hasta ahora, una visión totalizadora y trascendente del hombre, al tiempo que ofrecen, como sensibilidad colectiva, trasmutada en la palabra, el Sur de la Republica, como símbolo de nuestro país y de nuestro tiempo. Y estos aportes se alcanzan dentro de un lenguaje adecuado, a tono con su contenido.

Los Poetas del grupo del 48: Luis Alfredo Torres, Lupo Hernández Rueda, Victor Villegas, Alberto Peña Lebrón, Ramón Cifré Navarro, Rafael Valera Benítez y Abel Fernández Mejía partían de los siguientes postulados:

La poesía tiene una finalidad: revelar las raíces de la colectividad.

Rechazo de la escritura automática de otros procedimientos surrealistas puestos en boga por la Poesía Sorprendida.

La literatura debe tener un contenido testimonial, moral, humano; debe estar comprometida con los problemas sociales.

La Generación del 60

A comienzos del 60, luego de la caída de la dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961) surgen en el país varios grupos literarios, reunidos por la afinidad literaria y por las preocupaciones políticas. Así nace el grupo de los 60, entre los cuales tenemos al poeta Ramón Veloz Maggiolo (1936), autor de Judas, el buen ladrón, Los Ángeles de hueso, De abril en adelante, Materia prima, Ritos de Cabaret, La fértil agonía del amor, entre otros libros. Ramón Emilio Reyes (1935), autor de la novela Testimonio, Carlos Esteban Deive (1935), autor de Magdalena, Las devastaciones y de un volumen de cuentos, Museos de diablos.

Poco después de la guerra de abril de 1965 se funda en grupo El Puño del cual eran miembros

Armando Almanzar Rodríguez (1935), autor de Limite, Infancia feliz, Selva de agujeros negros para Chichí la Salsa, Cuentos en cortometraje y Marcado por el mar.

René del Risco Bermúdez (1937), autor de En el barrio no hay banderas y de El viento frió (poemas).

Efraín Castillo, quien ha publicado numerosos cuentos recogidos en Rito de paso y otros cuentos, así como las novelas Currículum e Inti Huaman.

Ruben Echavarria (1936), autor de numerosos cuentos laureados y publicados en los suplementos de la época.

Antonio Lockward Artiles (1943), autor de la obra Se me muere Rebeca.

Iván García (1938), dramaturgo y narrador. Ha publicado Mas allá de la búsqueda, recopilación de todas sus obras teatrales y La guerra no es para nosotros (cuentos).

Miguel Alfonseca (1942), publico dos libros de poemas: La guerra y los cantos y El arribo de la luz. Escribió cuentos galardonados en los concursos de La Mascara.

Juan Jose Ayuso, poeta, autor de Bienaventurados los cimarrones.

Enriquillo Sánchez (1947), ha publicado Convicto y confeso, Pájaro dentro de la lluvia (poemas) y Musiquito (novela).

Los concursos fomentados por la asociación cultural La Mascara compuesta por Lourdes Billini, Aquiles Azar, Freddy Ginebra, Héctor Díaz Polanco y otros, constituyeron un fuerte estimulo a la narrativa dominicana breve. Posteriormente, a partir de 1978, Freddy Ginebra funda los premios Casa de Teatro, que han servido de plataforma para el lanzamiento de jóvenes escritores.

Al igual que La Mascara, El Puño, La Antorcha, el grupo de La Isla se formó luego de la guerra de abril, hacia 1966. Entre los integrantes de este grupo figuran Antonio Lockward Artiles, Norberto James, Andrés L. Mateo, Wilfredo Lozano, Fernando Sánchez Martínez. Los miembros de La Isla y de La Antorcha no diferían en sus postulados estéticos y políticos, tanto los poetas como los narradores parecían obsesionados por el compromiso político del escritor.